Por: Verónica Zamora Zúñiga
La violencia que se presenta diariamente alrededor del mundo, nos hacen pensar y comprender que algo grave pasa en el interior de la sociedad. Como comenta Leiva citado, por Artavia (2011, p. 22): “la agresión se ha instalado en nuestras vidas. La hemos asumido como una manera de ser y de estar en el mundo; la intolerancia a la indiferencia, la exclusión, la ausencia del diálogo, la resolución de conflicto por medio de la agresión, todos se han vuelto comportamientos cotidianos”.
La violencia que se presenta diariamente alrededor del mundo, nos hacen pensar y comprender que algo grave pasa en el interior de la sociedad. Como comenta Leiva citado, por Artavia (2011, p. 22): “la agresión se ha instalado en nuestras vidas. La hemos asumido como una manera de ser y de estar en el mundo; la intolerancia a la indiferencia, la exclusión, la ausencia del diálogo, la resolución de conflicto por medio de la agresión, todos se han vuelto comportamientos cotidianos”.
La
palabra “bullying” se deriva del vocablo inglés “bully”, el cual significa,
como sustantivo,
valentón o matón y, como verbo, significa maltratar o
amedrentar. El “acoso” se presenta cuando uno o varios individuos ejercen un
comportamiento lesivo, intencional y recurrente contra uno o más individuos.
Este se caracteriza por la existencia de un abuso sistemático del poder y de
forma repetida en el tiempo. (Artavia, 2011, p. 58).
La
palabra "mobbing" deriva del término inglés "mob" cuyo
significado en castellano sería el de una multitud excitada que rodea o asedia
a una persona de forma hostil. El moobing se refiere a “una situación en la que
una persona (o en raras ocasiones un grupo de personas) ejercen una violencia
psicológica extrema, de forma sistemática y recurrente (como media de una vez
por semana) y durante un tiempo prolongado (como media unos seis meses) sobre
otra persona o personas en el lugar de trabajo con la finalidad de destruir las
redes de comunicación de la víctima o víctimas, destruir su reputación,
perturbar el ejercicio de sus labores y lograr que finalmente esa persona o
personas acaben abandonando el lugar de trabajo.” (Araya, 2003, p. 5). Debido a
estas situaciones de violencia, la familia, escuela, iglesia u otras,
responsables de formar integralmente a niños y jóvenes, han tenido dificultad
para fomentar buenas bases y valores.
Es
de gran importancia erradicar la violencia y los casos de “bullyng” en las
escuelas en las que se presentan este tipo de acontecimientos, ya que los
estudiantes pueden llegar a no desear asistir a la escuela y desertar. Este
tipo de violencia también ocasiona desmotivación, miedo, desconfianza hacia el
centro educativo. Los niños y jóvenes pueden caer en depresión, presentar
síntomas de ansiedad e inclusive ataques de pánico que afecta la salud mental y
física.
Sucede
lo mismo con los casos de “moobing” en donde los trabajadores no se sienten
felices ni seguros en su lugar de trabajo, puede ocasionar problemas de salud, desmotivación
y disminución de la productividad.
Los
acelerados cambios sociales, económicos, políticos y culturales que se están
produciendo en nuestra sociedad hacen que acelere el crecimiento de la
desigualdad y la exclusión social. Se observan transformaciones en las
relaciones sociales, laborales e intrafamiliares lo que ha traído como
consecuencia la modificación de los valores, creencias y pautas de comportamiento.
Valle citado, por Artavia (2011, p. 22), expresa que, “existen otros factores
que inciden en el comportamiento violento; por ejemplo, los espectáculos de
cine y televisión, los juegos de video, los deportes extremos e incluso las
dietas poco balanceadas y la presencia de metales y químicos nocivos en el
ambiente”. La violencia se presenta también en la calle, el trabajo, la
escuela, la familia, entre otros. Como lo indica Carrión citado, por Artavia
(2011, p. 23), la violencia en la escuela se vincula con las bases sociales,
como la familia, la comunidad, la cultura y la estructura socioeconómica de un
país. La violencia ingresa al interior de las escuelas, proveniente de un medio
ambiente donde existen problemas socioeconómicos que favorecen exclusiones sociales,
raciales y de género. De la misma forma, el niño o el joven trae consigo un
cúmulo de relaciones sociales que se mantienen en su familia, comunidad,
amigos, entre otros. Todas estas situaciones permiten la estancia del
estudiante en una institución escolar. La escuela, por tanto, no está inmune a
la violencia.
El
“moobing” se da frecuentemente en las instituciones educativas en donde muchos
directores e incluso compañeros de trabajo acosan con el fin de destruir la
reputación del otro, perturbar el buen ejercicio de las tareas y hasta la
renuencia del trabajador.
Algunos
de los efectos de la presencia de la violencia el “bullyng” y el “moobing” en
la vida de los niños, adolescentes y
trabajadores pueden ser:
1.
Baja autoestima.
2.
Trastornos emocionales.
3.
Depresión.
4.
Ansiedad.
5.
Problemas psicológicos.
6.
Pensamientos suicidas.
7.
Fobias.
8.
Pérdida de interés por los estudios
o el trabajo.
9.
Fracaso escolar, disminución de la
productividad.
10. Deserción
escolar, renuncia al trabajo.
Por
estas razones es importante realizar prácticas que permitan a las personas que
asisten a las Instituciones Educativas sentirse bien dentro de las mismas. El
administrador educativo al igual que los docentes deben de ser conscientes de
las situaciones de acoso y lograr erradicar estas prácticas tan destructivas
para los estudiantes y los trabajadores de la educación.
Referencias
Bibliográficas
Araya, E. 2003. “Mobbing: una realidad nacional, dentro de
las relaciones de trabajo, urgida de regulación.” UNED: San José, Costa Rica.
Artavia, J. 2011.
Juegos e interacción social en los recreos y su relación con los
comportamientos violentos: El caso de las y los estudiantes de VI año de una
escuela de la Dirección Regional de Educación Occidente. UNED: San José, Costa
Rica.
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